Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. en filosofía
El dataismo nos domina, vivimos de ratos ya no de momentos, nuestra agenda está poblada de encuentros pero no de vivencias, nuestra vida es mecánica, estructurada, ordenada he allí el problema, porque si eso es tu existencia no eres humano, el humano es increíble, no tiene orden, no tiene control, se atreve, arriesga, y realiza aventura, pero la lógica de la igualdad y esas barbaridades del clima y las buenas relaciones nos hace amorfos en nuestra personalidad, nos convierte en hipocresía, pose, fingimiento y doblez.
Le preguntaba a un anciano de días y de “expertise” (1) ¿en qué consistía vivir? Me susurro diciéndome en tener en desorden todo, hacer de tu vida un caos, en no tener definida tus horas y días, en no saber qué hacer, en simplemente desordenarse, vivir el segundo a segundo, “chuchis”(2)me respondí, ¿o sea no es que vivir bien no es hacer todo correcto, planificado, planeado y pre concebido?, está loco este viejo y decadente, como me va a decir que vivir bien es hacer todo lo contrario a lo que nos da progreso, desarrollo y estabilidad, el sistema educativo nos exige orden, el trabajo en gestión pública y privada nos reclama planeación estratégica y operativa, como adultos enfatizamos en nuestros jóvenes, señoritas, estudiantes y a nuestros hijos e hijas, orden, planeamiento y ambición.
Le reclame al senecto, objete su pensar, exprese mis puntos de vista y el me repregunta ¿“y crees que has vivido como humano o como un robot”?, el robot hace planeado todo, el autómata ya viene con su software (3) , el androide viene instruido , el ser humano es una maravilla sorprendente, nos prende lo que hace sea esto bueno o malo, el humano ha creado mentes brillantes que nos han dotado de los logros tecnológicos y científicos más importantes desde un cometa de agosto hasta una bicicleta para ir por la acera, ¿hubiéramos algo logrado sin esa lógica del desorden, del caos, del desbarajuste?, ¿hubiéramos avanzado si Eva no hubiera comido del árbol prohibido y seguiríamos eternos dependientes del altísimo?, ¿habríamos logrado todo lo que hasta ahora gozamos si el hombre primitivo se hubiera estabilizado en una cueva y no avanzado más?
Pero hoy, estamos bloqueados por el consumismo, por la lógica de la agenda, el planeamiento estratégico eso que nos exige pensar que hacer y donde hacerlo en todo el año, nos agota, nos hostiga y castiga, fastidia saber lo que harás, a qué hora y el día, se pierde el entusiasmo de la cosa exploratoria, del evento, de la sorpresa que nos saca del “establishment” (4) , por eso la creatividad es fruto del caos y no del protocolo, el descubrimiento es obra de la necesidad encontrada y no de la abstracción sugerida.
Por eso al iniciar la semana echa a la basura lo premeditado, la ciencia de la anticipación es de pocos, la rutina, la tradición y el automatismo es de muchos, de la masa ignara, y de las gentes que aman seguir las banderas de lo habitual, de hacer las cosas como siempre y no romper los mitos, la costumbre, la tradición , saca a esa Eva que tienes dentro, invoca a ese Adán que comió la manzana sabiendo que se joderia, pero en su loca imaginación sabría que al final el perdón encontraría.
1: dícese de aquellos que tienen experiencia, cancha, vida y mucha, sus años no son de edad cronológica sino más bien de edad de experiencias.
2: Dicho juvenil que significa sorpresa, admiración y respeto sea por una acción correcta o incorrecta que haya hecho un individuo
3: manual de acciones que tiene todo programa de aplicaciones informáticas, en suma la mente de la PC
4: los que está estable, lo que se hace siempre y cuando alguien quiere cambiar lo llaman subversivo porque subvierte, cambia el proceso, rompe las reglas, hace algo diferente.