Por Juan Diego Paredes Reategui – director de Orienta3.0
Siguiendo las líneas de los artículos sobre creatividad, hoy hablaremos de Lluvia de Ideas o Brainstorming. Fue creada por Alex F. Osborn y descrito en su libro Applied Imagination en el año 1954, pero él ya la utilizaba desde antes.
¿Qué es una lluvia de ideas? ¿Qué debo considerar?
Es una herramienta creativa que como lo dice su nombre consiste en generar muchísimas ideas en poco tiempo, no importa la calidad si no la cantidad. Es útil cuando se requiere generar nuevas ideas, mejorar algo, resolver un problema, etc.
Además, es importante saber:
• Puede ser estructurada o no estructurada, en ambos casos debe haber un facilitador que dé la consigna o el problema y además que pueda ordenar las ideas o apuntarlas.
• El problema, consigna, etc. por tratar deberá ser escrito en un rotafolio, papelógrafo o pizarra.
• Se debe establecer un tiempo límite.
• No se criticará ninguna idea.
• El lugar debe ser un espacio tranquilo que fomente la creatividad.
• Mientras más ideas, mejor.
• Se trabaja grupalmente. También lo puedes trabajar de manera individual.
Consideremos también que la lluvia de ideas no estructurada (todos pueden hablar, cada persona da una idea a medida que se le ocurra) da buenos resultados para personas que se conocen, que tienen confianza entre ellas y la estructurada (p.e. que escriban en un papel, de izquierda a derecha, en orden uno por uno, etc.) da buenos resultados en personas que no se conocen o interactúan poco.
¿Cómo hacemos la lluvia de ideas?
Dependerá del tipo, aquí te comparto las principales formas de lluvia de ideas:
• Rotafolio: En un rotafolio (también puede ser un papelógrafo), el facilitador escribirá las ideas del grupo. Se termina la sesión cuando las personas hayan agotado todas sus ideas o si se sienten cansadas. Se revisan las ideas para ver si alguien tiene una idea combinada.
• Alfabeto: Se darán ideas con cada letra del alfabeto. Escrito o verbalizado.
• Post It: Cada miembro del equipo tendrá una cantidad de post its y cada uno pondrá una idea en cada post it, puede ser escrito o dibujado. Cuando haya acabado, después del tiempo designado, se preguntará a los participantes qué idea les gusto más.
• Mapa mental: En una hoja en blanco se escribe la idea principal, problema o consigna, a partir de esta idea central se escriben otras ideas alrededor (evita amontonarlas). Une estas ideas con la idea central usando líneas de colores y separa las ideas por grupos.
Un pequeño ejemplo
Hace unos años, en una institución educativa queríamos mejorar la biblioteca y fomentar la lectura. Teníamos muchos libros, la mayoría eran clásicos de Literatura Universal y Literatura Peruana. Sin embargo, los alumnos solo usaban este espacio para comer, para dormir, algunos para conversar y otras actividades ajenas al uso que se le daba a la biblioteca. En una primera instancia, se prohibió a los alumnos entrar a hacer actividades extraoficiales y solo lean, pero no sirvió. Se creó un concurso de cuentos, pero participaron pocos. Teníamos que hacer algo. Se armó un equipo, conformado por un psicólogo, una profesora de literatura, la bibliotecaria, un profesor de filosofía y la directora de la I.E., usamos post its y las pegamos en una pizarra grande. Entre muchas ideas escogimos las siguientes:
• Adquirir libros juveniles sin dejar de lado los que ya tenía la biblioteca.
• Concurso de comics.
• Concurso de cuentos.
• Nos dimos cuenta de que algunos profesores tenían otros pasatiempos y otras formaciones, por lo que hicimos talleres de: creatividad, escritura creativa, filosofía, cubo, entre otros.
• Se cambiaron las mesas rectangulares por circulares y se adquirieron sillones.
• Se optó por prestar libros a domicilio por un plazo de 3 días. Esto incluía al personal de la institución educativa.
• Se dispuso a ampliar el comedor.
• Las personas que leían dentro de la biblioteca podrían prestar 2 cómics.
• Encuestas mensuales a los alumnos y alumnas para saber qué desean en su biblioteca escolar.
Los resultados fueron buenos, el alumnado prestaba libros, leían en el recreo y muchos de ellos leían el mismo libro y compartían sus opiniones. Además, las profesoras usaban ejemplos con personajes de libros lo que motivaba aún más a los alumnos a leer. Los alumnos mensualmente recibían una pequeña encuesta anónima donde se les preguntaba qué mejorarían de todo el servicio que se les ofrece y esta encuesta también se extendió a los padres y madres de familia. Los profesores no se quedaron atrás y también quisieron dejar sus sugerencias. Se empezaron a hacer pequeños talleres entre ellos, fortaleciendo su compañerismo y sus sentimientos de logros. Y todo esto empezó desde una pequeña lluvia de ideas para mejorar la biblioteca escolar.