Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. en filosofía y CCSS
Nuestra cultura de la conducta es irresponsable, imprudente y necia, en el país de la inobediencia medidas como una cuarentena exigen látigo porque no solo basta comunicado ni voz fuerte, el peruano en su mayoría hace caso el “carajo”, necesita la imposición severa, corretearlos para someterlos y hacerles poner en conciencia a la fuerza, los maestros y maestras de aula de párvulos lo sabemos, el policía y militar es consciente de ello, el “por favor”, o el “ya pues papito” en tono balada no hace nada, el peruano y peruana está acostumbrado a ser exigido por la fuerza a realizar conductas que van al final para su bien.
La cultura china, japonesa, coreana son diferentes, en sus aulas el alumno es sacro en su conducta, escucha, pone atención, obedece las reglas, hace caso los mandatos y consejos, sin embargo, en nuestra cultura peruana tan mezclada y variopinta desdeñan la disciplina, desechan la rigurosidad, incluso al maestro y maestra le prohíben disciplinar bajo pena de SISEVE perder el empleo o ser sancionado por solo exigir respeto en el aula y la conducta del alumnado (salvo casos de violencia extrema).
En mis 25 años de labor de maestro de aula, concluyo que los estudiantes más exitosos son quienes hacen caso y obedecen las normas básicas de la actitud frente al constante aprendizaje, he visto jóvenes muy inteligentes pero deshonrados, he enseñado a señoritas de excelentes capacidades, pero desobedientes e irrespetuosas que al final han caído en el hoyo de la frustración y el fracaso de no lograr ser más que la medida de las cosas mediocres.
Los padres y madres que tienen hijos e hijas exitosos saben de ello, conocen la importancia del respeto, la disciplina y la responsabilidad, en la formación y actitud de los chicos y chicas; y los padres y madres fracasados conocen de los resultados de tener hijos e hijas desobedientes porque a pesar de sus capacidades no lograran competir, ser útiles y buenos a la sociedad que exige de ellos mucho más.
Y lo vemos ahora, lo vivimos en estos tiempos de pandemia, si pues allí están, se mean en la norma, no hacen caso el protocolo de salud, se burlan y no acatan medidas que es bueno para todos en una sociedad que lucha contra un mal que afecta a todos.
Por eso debemos tomar conciencia de la importancia de la educación del respeto, la disciplina y responsabilidad en nuestros estudiantes de hoy y forjadores del porvenir de la patria, todos los protocolos de salud, todas las recomendaciones de Estado, todas las precauciones frente a esta pandemia hacen ascua, cuando contamos con jóvenes y señoritas que no han sido bien educados y más al contrario se les ha dado libertades con irresponsabilidades que traen resultados funestos en estos tiempo de pandemia global.