Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. En Filosofía
La oposición en los gobiernos
locales y regional, ¡no existe!, ¡no hay!, ¡desapareció!, su discurso fue solo
de campaña y ni bien lograron ingresar
gracias a sus candidatos que quedaron segundos y terceros se esfumaron ,
quizá con el oficialismo firmaron, tranzaron y pactaron , quedaron en hacerse sordos, mudos y ciegos durante 4 años.
No existe oposición política, lo
que hay es una actitud lacaya de los que
deberían representarla, lo que se da es un servilismo pragmático que no se si
tiene cheque, obra, proveeduría o quien sabe nada de parte de quienes están
elegidos para ser los héroes de la moral, la rectitud en el proceder y el bastión
de la exigencia social.
Hemos escuchado sus
justificaciones que no tienen asidero
político; “vamos a trabajar juntos”, “seremos una oposición constructiva”, “lo
que haya que investigar se hará”, sin embargo a la fecha los llamados a ser
opositores de cada gestión, son “más
papistas que el papa”, son más defensores que inquisidores, son más validadores
que cuestionadores.
Imagino que para ellos los de la
oposición política de cada administración sean municipal y regional, todo
seguro está bien, está perfecto, estamos en el distrito, provincia o región de
las maravillas, donde no hay nada que exigir, oler, ver, encontrar, denunciar y
fiscalizar.
Se le entiende al regidor oficialista
que defiende su administración municipal (aunque eso tampoco tienen los
oficialistas, no hay regidores camiseta, la mayoría lo dejan solo a su alcalde
cuando las papas queman) pero en fin, el regidor oficialista está en su deber
resguardar y escudar cada acto
municipal, pero el regidor que ingreso gracias a su candidato que no logro el puesto se convierte
automáticamente en el abanderado de la fiscalización, en el emblema del
cuestionamiento; ojala tomen en cuenta
este actuar los futuros candidatos cuando pongan en su lista a personas aptas
para asumir ya en el poder su deber correspondido.
Se le comprende al consejero
oficialista que asume una protección a su gobernador, que lo ampara sea
irracionalmente, o desvalidamente a su gestión regional, ¿pero los consejeros
elegidos y llamados a ser opositores?, es muy tibio su papel, muy neutral su
rol, mentecata su proceder.
Si no es alguna prensa no sabemos nada de los
equívocos, si no son los dirigentes sociales no se sabría que necesidades tiene
el pueblo, si no son los ciudadanos
afectados que empuñan la denuncia a la ineficiencia, diríamos que esto está
bien.
La oposición de hoy y los que se
supone la representan están de holganzas largas, de asuetos dictados ¿generadas por la cerote o el
condicionamiento?, quizás se dieron cuenta que ser contrario en la región o
municipio es mal negocio, porque ellos
siempre vieron así también a la política, como un negocio, y solo queda
arrodillarse como opositor para generar más ganancia económica aunque eso les
genere una imagen de un tildado y rotundo fracaso como político.
Una buena oposición siempre
genera una mejor gestión, una débil y desaparecida oposición produce
ineficacia, inutilidad y amparo para la insensatez, la inanición y mas pudrición.